miércoles, 16 de enero de 2013

ACTUALIDAD: Los plumillas en peligro de extinción

Por Sara Moreno

Crisis: Condensación, en sólo seis letras, de un maremágnum de problemas, despidos, situaciones límites, falta de trabajo, exceso de paro, nóminas, desahucios y un sinfín de definiciones que llevan a una misma desembocadura: Crisis.

Dicen que cuando las desgracias tienen nombres y apellidos, o cuando conocemos a los protagonistas de las mismas, duelen más; y así es. Saber quienes se esconden tras los despidos provocados por la situación económica actual afecta más que si sólo conociéramos la cifra de los españoles que ya no pueden llevar un sueldo a final de mes a sus casas. Y si, encima, te afecta directa o indirectamente, pues peor aún.

Hoy, nuestra Calle Ancha se llena de plumillas en paro (que en Albacete ya somos unos cuantos).

La situación por la que pasa nuestra ciudad, Albacete, no es sino un reflejo del mismo problema que se da en el resto de España: Los plumillas están en peligro de extinción; del mismo modo que también lo están los foteros, las voces de las radios o quienes prestan su imagen a una ‘mosca’ de televisión. La Profesión, con mayúsculas, del periodismo y la comunicación ya no pasa por años dorados. Ahora sufre una de las peores crisis de toda su historia. Crisis que, además de dejar a muchos profesionales en las colas del paro, provoca el cierre de muchos medios.

No hay que mirar mucho hacia atrás para ver que en la capital manchega existían muchos medios, quizá demasiados. Tantos, que la nube de micrófonos en los 'canutazos' o la falta de sitios en las ruedas de prensa hacían que todos pensáramos, me incluyo, que esa situación no podía durar eternamente. Y no duró. ¡Vaya si no duró! De esa masificación de teles, radios y periódicos, a la situación actual, tan sólo ha pasado un año. Entonces, cuatro periódicos, dos cadenas de televisión tradicionales, más que le emitían a través de Internet, y buen número de radios, algunas, incluso, que se aventuraron a comenzar su andadura cuando todo el mundo empezaba a temer por los medios locales; daban buena información local acerca de los temas de interés para los vecinos de la ciudad.

El declive de los medios escritos, los plumillas, comenzó con la desaparición de la edición local de El Día de Albacete (que si me lo permiten no voy a detallar, no me apetece). Sólo, a modo de resumen, diré que un ERE de extinción dejó en la calle a toda la plantilla, entre la que me incluyo, con más de una, de dos y de tres nóminas pendientes. Después hay que comentar la reestructuración de plantillas en el resto de diarios locales que permanecían en la ciudad: El Pueblo, La Tribuna y La Verdad se ‘ataban los machos’ para continuar con unas ediciones diarias ‘con la que estaba cayendo’. Fue a finales del 2012 cuando El Pueblo de Albacete dio a conocer que se pasaba a la edición digital con el nuevo año. De esta manera, nuevos despidos se sumaron a los que ya se sufrían y el periódico pasaba a un formato online, que poco a poco se va imponiendo frente a los escritos en todo el país. Y suma y sigue. Sólo unos días después de comenzar el 2013, La Verdad era el objeto de la noticia. ‘La liebre’ saltó con el posible cierre del diario después de hacer un ERE. Quizá todavía se pueda evitar, y así lo espero. Y hoy mismo hemos conocido que nueve empleados de La Tribuna acudirán al INEM inminentemente: personal de administración, imprenta y maquetación.

Esta situación hace que me hierva la sangre: adiós a la pluralidad de información en Albacete. Y me preocupa no sólo por mi futuro profesional, no vamos a engañarnos, sino porque con el cierre de un nuevo diario perdemos todos. ¿Dónde queda la información? ¿Dónde está el saber de todos? ¿Dónde poder retroalimentar las noticias entre los diferentes diarios? ¿Dónde buscar otro punto de vista? Quizá no lo sepan, pero a primera hora de la mañana en las redacciones, además de tomar un café y preguntarle a los compañeros qué tal se dio el cierre del diario del día anterior, si fueron al cine o cómo les salió la cena con la receta que buscaron en Internet el día de antes; también se leen el resto de diarios locales, además del propio. Y es entonces cuando se comparan las noticias, la información, los enfoques dados y se observan lo que faltó dar en tu diario. Y se coge un fluorescente, se subraya la información aportada por el compañero de otro medio y se trabaja, con la agenda telefónica en la mano, la ampliación y complementación de la noticia. ¿Qué noticia se va a completar ahora? De esta manera, en Albacete había un gran saber de comunicación entre todos los profesionales y la sociedad tenía una información completa elaborada por un gran equipo de trabajo formado desde distintos medios de comunicación.

No sólo perdemos los plumillas cuando desaparece un periódico.

Triste camino el que está encarando la profesión. Créanme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario